Estimado Victorio
He tenido la oportunidad de leer el artículo que has escrito bajo el título: ¿Puede un agnóstico ser cristiano? publicado en la página de Reflexión Teológica del periódico “Acontecer” (Nº 32 mayo/2007) de
1. Me hubiera gustado que comenzaras definiendo lo que es un agnóstico, porque tengo la impresión, aunque el término no es nuevo, que esta palabra no es muy conocida y muchos se confunden creyendo que un agnóstico es sinónimo de ateo. Aunque el agnosticismo (del griego agnosto, “no conocible”) tiene sus primeros antecedentes en los presocráticos (Gorgias) y en los escépticos de
2. La manera catequética (el método del Catecismo) en que inicias el artículo, es decir: con una pregunta básica hecha desde la misma fe, para responder enseguida con afirmaciones de fe; me trae el recuerdo del intercambio epistolar entre el filósofo ateo E. Bloch, y el teólogo utópico J. Moltmann, cuando el segundo afirmó: “Sólo un ateo puede ser un buen cristiano” y reposta Bloch: “Sólo un cristiano puede ser un buen ateo”. (Citado por J.M.Bonino). Este debate filosófico-teológico (Fe y Razón) comprueba en el fondo, que para llegar a una evidencia de Dios se requiere despojarse de los dioses falsos o de las dificultades a priori, y frente a esto un agnóstico no sobrepasa esa línea por principio. La pregunta con la que inicias tu reflexión es precisamente apologética, porque no parte del diálogo con el razonamiento del agnóstico para descartar los a priori, y permitir que este descubra, bajo su propia lógica, la racionalidad de la fe cristiana (el mensaje cristiano es una respuesta razonable a la experiencia existencial básica del hombre), sino que planteas la pregunta desde una premisa cristiana, negando el razonamiento del agnóstico en beneficio de la fe, y eso puede ser entendido como una forma de fideísmo (En la teología cristiana, fideísmo es cualquiera de los varios sistemas de creencias que sostienen, sobre variados argumentos, que la razón es irrelevante a la fe religiosa. De acuerdo a algunas versiones de fideísmo, la razón es la antítesis de la fe; de acuerdo a otras, la fe es anterior o más allá de la razón y, por lo tanto, ésta es incapaz de aprobarla o desaprobarla).Sobre este punto es interesante la posición de Tillich y su aporte al diálogo fe y razón. La relevancia del pensamiento de Paúl Tillich, uno de los más destacados teólogos contemporáneos, radica precisamente en su método de correlación, el cual explica el contenido de la fe cristiana por medio de cuestiones existenciales y de respuestas teológica en su mutua interdependencia.
Quiero remitirme a un buen consejo tomado del autor de la primera epístola de San Pedro (3,15-16) y que considero pertinente para el caso que nos ocupa, especialmente cuando un rasgo distintivo de la modernidad es la racionalidad. La fe cristiana siempre es fe situada y contextual, y esto implica que para ser comunicada, en cuanto Evangelio (Buena Nueva), debe tener al menos tres pre-condiciones fundamentales para el diálogo; sobre todo cuando se trata de enfrentar al hombre nihilista y a la sociedad Light de hoy: a) Razón. Esto significa que la comunicación de la fe no puede prescindir de su argumentación lógica (no confundir con un silogismo especulativo o retórico); sin ello, el receptor no puede comprender una idea nueva, no puede entender nuestra esperanza y nuestra experiencia de fe. b) Mansedumbre. La mansedumbre es la postura de quien propone y no impone. Sin mansedumbre el diálogo se pervierte en una imposición autoritaria de una idea. c) Respeto. Esto significa apertura para oír lo que el otro tiene que preguntar y hablar. (La cristiandad que se impuso con la invasión española en tierras de América, y luego las misiones de fe de los protestantes, violó estos tres pre-condición)
Para dialogar con el mundo donde hay agnosticismo, ateismo y teísmo, el cristiano debe estar dotado de una cierta racionalidad en los argumentos que quiere explicar, dentro de los límites del conocimiento humano, por otro lado debe poseer un férreo espíritu de mansedumbre y respeto en el diálogo con la sociedad moderna y sobretodo con los no cristianos. La modernidad nace precisamente con el intento del hombre de buscar en el pensamiento mismo una verdad indubitable: una verdad que no ofrezca ni un solo aspecto que pueda prestarse a la duda. (Descartes).
3. La manera en cómo abordas el tema y respondes a la pregunta ¿Puede un agnóstico ser cristiano? me deja muy insatisfecho, primero por que no especificas lo que sostiene el agnosticismo y sólo dejas entrever que el agnóstico “puede llegar a ser cristiano no en virtud de sus dudas, sino por la plenitud de la luz de Dios”…..esta afirmación pareciera confundir el agnosticismo con el escepticismo, (corriente diferente al agnosticismo que se caracteriza por ponerlo todo en duda). Este argumento me presenta algunas dificultades filosóficas y teológicas: si el agnóstico se afirma en el peso de la razón para sostener verdades, y no confía en otras posibilidades para conocer, ¿cómo entonces podrá abandonar su mayor certeza, la razón, para creer en algo que no le ofrece garantía evidente? Aquí entramos en la vieja y clásica discusión de las pruebas de la existencia de Dios, que los padres escolásticos atizaron con no poca vehemencia, desde el argumento ontológico en el Proslogion de Anselmo hasta
El clima intelectual actual no es el mismo que en otras épocas, el agnosticismo ha tomado una forma algo diversa en Europa y en el mundo anglosajón. En América Latina el tema de Dios no es tanto objeto de debates metafísicos, muy propio de pequeños círculos ilustrados y burgueses, sino de una realidad incuestionable, omnipresente y manifiesta en una visión providencialista de la vida y de la historia. Muchos positivistas lógicos y filósofos analíticos han argumentado que el problema con el teísmo no es de evidencia o de argumento, sino de significado y coherencia lógica. Si el discurso religioso se entiende como declaraciones cuasi científicas sobre la naturaleza de la realidad y de un ser trascendente, surgen problemas insolubles. "Dios existe" y "Dios me ama" deben entenderse como carentes de sentido acerca de la realidad, es decir, no hay nada en la experiencia sensorial que actúe en pro o en contra de su verdad, porque Dios no es una idea, un sentimiento, ni un concepto que dependa de una ecuación silogística. Si afirmamos, por el contrario, que Dios está en los designios de la naturaleza como realidad manifiesta (la clásica teología natural refutada por Kant), se puede caer en una suerte de panteísmo, es decir, la identidad del ser de Dios con el conjunto (pan) de la realidad. Muchos de los que rechazan el teísmo y el cristianismo prefieren definirse como agnósticos más que como ateos, por dos motivos. Primero, el agnosticismo evita el estigma social del ateismo, que no es tan respetable como el agnosticismo. En segundo lugar, el agnosticismo al menos parece evitar el peso de la prueba: afirmar o negar una cosa requiere una razón, pero profesar ignorancia no requiere ninguna. Aunque puede haber cierta respetabilidad intelectual en abrazar el agnosticismo, William James indica que en ello hay un gran peligro práctico. James observa que hay algunas preguntas reales, trascendentales y obligadas. Uno debe creer o descreer, incluso si la evidencia es ambigua, o arriesgar una gran pérdida; según James, ése es el caso de la cuestión de la existencia de Dios.
Para los cristianos, la evidencia de la existencia de Dios y la verdad del cristianismo se decide absolutamente en la autorevelación de Dios testimoniada escrituralmente en
Guillermo Gómez S.
guidase@yahoo.com
2 comentarios:
Me encanta el articulo.
Creo que el cristiano debe de estar en la linea de la fe sin olvidar la verdad adsoluta de la ciencia, nada debe de estar fuera de nuestra capacidad para analizar y razonar.
Cordial saludo
Respetuosamente pongo a su disposición la siguiente información que nos puede ayudar a nuestro desarrollo espiritual y conocer una gran enseñanza. ”Un ser humano que sigue la verdad no conoce ningún prejuicio, pues una opinión preconcebida obstruye la búsqueda, el descubrimiento y la honestidad misma”.
Esta enseñanza, está aquí: es.figu.org y en el Talmud de Jmmanuel http://el-talmud-de-jmmanuel.blogspot.com/
Este Talmud son las verdaderas escrituras del Galileo y tiene mucha relación con la página de FIGU. Es importante leer el epílogo y explicación del Talmud
http://es.figu.org/ensenanza_del_espiritu/la_ensenanza_del_espiritu
Esta invitación la realizo por iniciativa propia, ya que la FIGU dentro de sus lineamientos está el no misionar.
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