jueves, 16 de agosto de 2007

Nicaragua y la reforma de la Educación

ARRIBA LA EDUCACION

“Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre”

José Martí

La educación es una de las principales fuentes de bienestar en la sociedad, por cuanto es un factor fundamental en el desarrollo social y económico de un país. Los países que invierten en educación, garantizan de ante mano su propio desarrollo y progreso a mediano y a largo plazo.

En tanto asumió el poder el Gobierno del Presidente Daniel Ortega, uno de los temas de su agenda programática fue la revisión del programa nacional de educación, como una cuestión de prioridad. El Ministro de Educación Miguel de Castilla, puso su especial acento, -más allá de un ordenamiento institucional y administrativo de su cartera ministerial-, en una cuestión de fondo: el proceso de reforma a la educación a través de una consulta nacional, poniendo en manos de amplios sectores de la sociedad el “Currículo de la Educación Básica y Media”. La intención es posibilitar estrategias amplias de democratización y participación de los diversos sectores de la sociedad, con miras a retroalimentar la propuesta de un nuevo diseño curricular del sistema educativo nicaragüense, y que permita a su vez, potenciar y privilegiar una educación integral, basada en un modelo educativo por competencia y acorde con los desafíos y demandas del mundo globalizado.

Lo positivo

Una consulta sobre el quehacer educativo que involucre a amplios sectores de la sociedad, implica la búsqueda de consensos básicos entre todos los actores sociales, respecto a los factores cuantitativos y cualitativos del proceso educacional nicaragüense. Por otro lado, una consulta de esta naturaleza y de tal relevancia, contribuye necesariamente a desarrollar una conciencia en el país, acerca de las serias deficiencias, y el desmejoramiento sistemático que ha sufrido la educación en los últimos dieciséis años.

La imperiosa y urgente necesidad, que el sistema educativo nicaragüense experimente una transformación curricular, no brota de un deseo antojadizo e irreflexivo de un educador de basta experiencia como lo es el actual Ministro de Educación, ni de un gobierno que desea retomar viejos alientos y anhelos incumplidos; sino de una indesmentible realidad que apremia y golpea de frente a las nuevas generaciones que se forman en el sistema educativo de nuestro país; con flojos resultado de aprendizaje; contenidos desactualizados y sin correspondencia con una sociedad que ha venido experimentando de manera vertiginosa, cambios sustantivos y nuevas exigencias para la educación. Este proceso transformador reclama consecuentemente la actualización de contenidos, la capacitación y competencia especializada del magisterio en los diversos niveles, así como una aportación sustantiva de los nuevos procesos cognitivos, pedagógico y metodológicos, tendentes a mejorar y hacer más eficiente el aprendizaje de los educandos.

La metodología de trabajo que propicia la modificación del currículo, tiene una cobertura democrática y participativa que pretende recoger las opiniones a nivel externo, mediante foros, encuentros y consultas populares, no sólo de organismos especializados y personas competentes en el tema educacional, sino del ciudadano común mediante los “cabildos curriculares”. A nivel interno se desarrollará un seguimiento sistemático, supervisando y asesorando la implementación del nuevo currículo en los centros educativos, seleccionados para el plan piloto. Esta iniciativa refleja que el tema de la educación no sólo es un asunto de expertos, sino algo que requiere del involucramiento de docentes, padres de familia, estudiantes e instituciones no gubernamentales.

Dentro de los elementos importantes del nuevo currículo, es recuperar el perfil humanístico del sistema educativo y en este sentido, el Ministro de Castilla, ha dado una excelente noticia al afirmar que regresan a las aulas asignaturas como filosofía, economía y sociología, ciencias que fueron proscritas por un currículo con un perfil más técnico y mercantilista de la educación y acrítica frente a la ideología neoliberal.

Existen tres razones de peso que impulsan justificadamente al MINED a realizar este esfuerzo sin precedentes: Primero, el modelo verticalista, bancario y racionalista de la enseñanza tradicional pone en desventaja a los estudiantes frente a los desafíos y demandas del mundo universitario y laboral. Segundo, la revolución científica, tecnológica y comunicacional de proporciones globales, deja al estudiante sin acceso a nuevas tecnologías y conocimientos, y lo atrapa en un sistema educativo tradicional de enfoque conductista, sin posibilidades de nuevos procedimientos metodológicos, que propicien un aprendizaje comprensivo, crítico, investigativo y permanente. Tercero, el binomio educación y desarrollo es central y fundamental en un sistema educativo, por cuanto los ciudadanos no son seres aislado de una sociedad, sino parte constitutiva de ésta, y en tanto las personas se educan y preparan para la vida, contribuirán al desarrollo del país y al forjamiento de una sociedad mejor.

La transformación curricular en el programa de educación nacional, pretende la modernización, pero fundamentalmente la equidad y la calidad

Lo negativo

Sería muy lamentable que los organismos e instituciones convocados a esta consulta nacional de Educación, descuidaran esta importante oportunidad de participar en este proceso de reforma, pues tenemos una coyuntura histórica propicia para mejorar el sistema educativo en Nicaragua. En general en América Latina la calidad de la educación es un desafío de primer orden, porque se conserva intacto un sistema económico altamente excluyente y fuente de profundas desigualdades sociales. En virtud de este ensombrecedor panorama, el gobierno del presidente Ortega ha dado un voto de confianza al Ministerio de educación, a fin de provocar los cambios que sean necesario para revertir una histórica situación de deterioro de la educación en Nicaragua, y en la que se hace evidente la baja calidad, la disminución del gasto público y de los presupuestos de educación, la precarización de las condiciones de trabajo de los profesionales de la educación y el estancamiento o poco avance del acceso a la educación. Se constata un retroceso que amplia la brecha entre situación vigente y las metas del gobierno y de los organismos internacionales interesado en mejorar la calidad de la educación en la región.

El déficit latino-americano nos muestra el precario desarrollo de la educación, sin alcanzar todavía la alfabetización completa de las personas adultas y el acceso general de niñas, niños y jóvenes en el sistema escolar hasta la educación superior. América Latina se inserta obligatoriamente en el modelo de globalización neoliberal enfrentando un déficit del 10 % de analfabetismo y un 40% solamente en escolaridad básica, sin contar la educación superior en donde la brecha es mucho más grande en relación con otras regiones y continentes.

Nicaragua está dando un significativo salto con esta consulta nacional, es el primer paso y está bien dado. Los legisladores no puede soslayar este esfuerzo al momento de establecer su agenda de prioridades y cuando se trate de incrementar el presupuesto para la educación. Todo este plan de educación, y su implementación, sumados el esfuerzos de una amplia mayoría interesada en mejorar la calidad de la educación en Nicaragua, será imposible sin los recursos adecuados, sin la infraestructura necesaria y sin el incentivo salarial a los maestros para que mejoren su calidad de vida.

Sería contraproducente que la reforma educativa se restringiera sólo al sistema escolar oficial con el objeto de modificarlo por un mero interés ideológico. Es necesario prestarle verdadera atención a la demanda educativa con su problemática y reales necesidades. Por otro lado la reforma educativa debe poner en agenda abierta el rol de la educación privada donde de igual modo se requiere una revisión y el mejoramiento de su deficiente calidad. Se debe evitar la dicotomía y el estereotipo al instalar la idea de que la educación pública es mala y la privada es buena.

Finalmente, una educación centrada en el alumno y alumna, exige maestros y maestras con verdadera vocación, capaces de encontrar en el arte de enseñar el placer de formar personas, transmitir valores, formar conciencias y cambiar actitudes y no el simple acto de transmitir un conocimiento. ¡Arriba la Educación!

Guillermo Gómez S.

guidase@yahoo.com

cielac@upoli.edu.ni


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