Los
movimientos sociales y la desterritorialidad de la política
Guillermo Gómez Santibáñez
Debemos decir en primer
término que el lugar de la política ha sido el conjunto de estructuras sociales
y los diferentes modos de acción en que a ellas se ha respondido. Los lugares
de la política son definidos por la forma de la sociedad, sus diversos
escenarios de institucionalización y la acción de legitimización de de las
mismas.
El Estado moderno ha
complejizado y diversificado el espacio central de la política reproduciendo
varios lugares de representación de los gobernados; la división de poderes y el
ejercicio del poder gubernamental. Este proceso de diversificación y ampliación
de los lugares de la política obedece a dos factores de desarrollo histórico
del Estado; la ciudadanía y la democratización; la diversificación y
complejidad estructural de lo moderno. Institucionalización y ciudadanización
son dos dimensiones que se relacionan en el funcionamiento del Estado. El
proceso de ciudadanización se ha convertido en el espacio de representación y
legislación del Parlamento en un sistema presidencialista, bajo el
reconocimiento de un conjunto de derechos políticos que se ejercen para acceder
al lugar central de la política. Sin embargo, la sociedad civil también se ha
constituido en un lugar donde es posible la práctica de la política fuera del
Estado. La Sociedad civil es un conjunto de lugares en los que se organiza
también la vida política no estatal.
En la medida en que las
instituciones de la sociedad se han estabilizado y delimitado, organizándose en
su diferenciación y estructura social, se han convertido en un conjunto de
lugares en que se hace política y se vuelve así en puente o medicaciones de las
demandas al interactuar hacia dentro de la sociedad civil y hacia el Estado.
Por el contrario, si
los sujetos y prácticas de los momentos políticos de la sociedad civil que
despliegan su acción en relación al Estado y la política nacional, rebasan,
explosionan y desplazan esos lugares de la política, es muy probable que esté
emergiendo un movimiento social.
¿Cuáles son los
principales rasgos que identifican y caracterizan a un movimiento social?
La realidad de los
movimientos sociales hoy en América Latina es compleja y ambivalente. Frente al
escenario global del mundo y a una subyugación del poder político al poder
económico del mercado, se ha producido una reconfiguración del mapa social de la
región que ubica las diferentes luchas y movimientos sociales que plantean un
serio cuestionamiento a los actuales regímenes de dominación y que se pueden
clasificar en dos tipos:
1.
Movilización del sector
público que ponen de relieve las fronteras de la precariedad. Esto incluye los
ámbitos de la salud, la educación, servicios públicos, luchas sectoriales
orientadas al Estado.
2.
Movilización que ponen
de relieve la exclusión. Movilizaciones urbanas y rurales de característica
territorial. Se trata de luchas por demandas de infraestructuras básicas y
trabajo, hasta la lucha contra el saqueo de bienes naturales y contra la
contaminación del medio ambiente. (
Las dimensiones del Movimiento
Social las podemos distinguir por lo siguiente:
a)
Territorial:
este no es sólo un espacio de resistencia, sino también un lugar de
resignificación y creación de nuevas relaciones sociales. UN espacio de
auto-organización comunitaria, constitutivo de los Movimientos sociales.
b)
Despliegan
una acción directa: no optan por lo convencional y su
acción es disruptiva, como una herramienta de lucha generalizada. El
agotamiento de la crisis de las mediaciones institucionales y la asimetría de
fuerzas hace surgir una fuerza
destituyente que n implica una acción instituyente.
c)
Democracia
directa: esta toma diversa formas a partir de
la acción colectiva no institucional. Esto es por la política institucional
devino cada vez más autorreferencial, ligada a una democracia delegativa,
decisionista. La democracia directa adquiere una forma directa, asamblearia,
horizontal, no jerárquica.
d)
Demanda
de autonomía: atraviesa desde los pequeños
colectivos culturales hasta grandes estructuras territoriales u organizaciones
de masa. La autonomía aflora como un eje organizativo y estratégico que remite
a la autodeterminación.
Finalmente
podemos decir que un movimiento social emerge cuando la acción colectiva
desborda los lugares estables de la política, tanto al interior de la sociedad
civil como hacia el Estado. Se alimenta buscando solidaridades y aliados que
avalen y certifiquen su cuestionamiento sobre los criterios y formas de
distribución de la riqueza social y de las formas de organización de la
sociedad, del Estado y del gobierno. Los movimientos sociales no tienen lugar
fijo, poseen una configuración nómada de la política. Se desplazan de la
política institucionalizada hacia los lugares de fluidez social. Los movimientos
sociales rompen el silencio para hablar de aquello que no tiene lugar en la
sociedad y no forma parte de la agenda social.
El autor es Director
del CIELAC/UPOLI y miembro del Comité
Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO
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